La historia de Dobri Dobrev comienza justo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando perdio gran parte de su capacidad auditiva, él, recorre diariamente aprox. 25 km a pie solo para trasladarse desde su aldea hasta la capital, Sofía, donde es conocido por todos como vagabundo.
Dobrev dedica la mayor parte del tiempo para recojer limosnas, así como para expresar plegarias en la iglesia como forma de agradecimiento. Este hombre dejo a todos impactados hace poco cuando se descubrió su verdadera meta al momento de pedir limosnas.
Al recaudar los 40.000 euros, donó hasta el último centavo para colaborar con la restauración de los monasterios e iglesias en Bulgaria y para la contribución para las facturas de agua y luz de algunos orfanatos.
Dobrev, como lo imaginarán, es un hombre simple y sencillo, pues actualmente vive bajo una pensión mensual de 80 euros proveída por parte del estado.
Sin duda, no hace falta ser millonario para hacer este tipo de cosas, cualquiera podemos poner el ejemplo y cambiar un poco lo retorcido de este mundo.